El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, se ha declarado hoy «desconcertado» por las declaraciones hechas ayer por su homólogo paquistaní, el general Pervez Musharraf, según el cual EE UU amenazó a su país con borrarlo del mapa si no colaboraba en el lucha contra el terrorismo lanzada por Bush tras los atentados del 11-S.
| septiembre 22, 2006
Bush ha respondido así al presidente paquistaní, quien afirmó ayer en una entrevista con la cadena estadounidense CBS que tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 se le indicó que el entonces número dos del Departamento de Estado, Richard Armitage, había advertido que si no cooperaba, EE UU bombardearía Pakistán. Esta advertencia, al mejor estilo matón de barrio, le llegó a Musharraf a través del director de su servicio de inteligencia. Bush ha subrayado que, cuando escuchó esas acusaciones, le sorprendió «su dureza».
Lo que el presidente estadounidense recuerda, según ha explicado, es que inmediatamente después del 11-S, el entonces secretario de Estado, Colin Powell, le dijo: «Musharraf entiende lo que está en juego y prefiere apoyarnos antes que a un enemigo que ha matado a 3.000 de los nuestros». «Mi recuerdo es que uno de los primeros líderes que dijeron que lo que estaba en juego había cambiado fue Musharraf», ha agregado, antes de insistir en que no recuerda que «nadie mencionara algo sobre devolver a Pakistán a la edad de piedra». Tras el 11-S, Pakistán se convirtió en un aliado clave de EE UU en su campaña para derribar el régimen talibán.